Un alarmante pronóstico ha sido emitido por investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes advierten sobre la posibilidad de que un nuevo volcán emerja en la Ciudad de México. Esta preocupante noticia plantea un riesgo para los aproximadamente 20 millones de habitantes de la capital mexicana.
Investigadores de la UNAM alertan sobre el surgimiento potencial de un volcán en la Sierra Chichinautzin
Los expertos de la UNAM han identificado la Sierra Chichinautzin, una cadena montañosa ubicada al sur de la ciudad, como el lugar donde podría surgir este nuevo volcán. Esta zona es considerada un campo volcánico activo, compuesto por más de 300 volcanes monogenéticos.
En una entrevista con Milenio, Ana Lillian Martín del Pozzo, investigadora del Departamento de Vulcanología del Instituto de Geofísica de la UNAM, afirmó que si existe magma en la zona, es probable que se forme un nuevo volcán. Aunque los científicos no pueden determinar con precisión cuándo ni dónde ocurrirá, se estima que podría ser en un futuro cercano. El campo volcánico se extiende entre las alcaldías Milpa Alta y Tlalpan de la Ciudad de México, así como en 12 municipios de Morelos y uno del Estado de México.
Esta advertencia surge en un momento en que el volcán Popocatépetl ha aumentado su actividad, arrojando cenizas y material incandescente. A diferencia del Popocatépetl, que es un volcán poligenético con múltiples erupciones a lo largo del tiempo, los volcanes monogenéticos tienen una sola erupción y luego cesan su actividad por años, incluso siglos. Estos volcanes se encuentran en campos volcánicos como la Sierra Chichinautzin, y puede pasar un periodo de tiempo considerable antes de que busquen un nuevo conducto de salida.
Uno de los volcanes monogenéticos más conocidos de la Sierra Chichinautzin es el Xitle, que entró en erupción hace unos 2 mil años y dio forma a la zona de Cuicuilco y la Ciudad Universitaria. Un estudio publicado por investigadores de la UNAM y la UAM en 2008 determinó que el promedio para la formación de un nuevo volcán en esta zona sería entre 800 y 1,200 años, lo que resalta la importancia de estar vigilantes.
Los volcanes monogenéticos se forman a partir de una fase eruptiva y se agrupan en campos volcánicos. A diferencia de los volcanes poligenéticos, como el Popocatépetl, los volcanes monogenéticos son más pequeños, tienen una sola erupción y su ciclo de vida es corto. Estos volcanes se originan en la intersección de fallas y fracturas que permiten el ascenso del magma.
México alberga más de 3 mil volcanes monogenéticos que podrían registrar grandes erupciones, según la UNAM. La Sierra Chichinautzin es una de las zonas más peligrosas debido a sus 300 volcanes. Marie Noëlle Guilbaud, investigadora del Instituto de Geofísica de la UNAM, señaló que si uno de estos volcanes entrara en actividad, representaría un peligro similar al que experimentaron los antiguos habitantes con la erupción del Xitle.
Aunque los volcanes monogenéticos son más pequeños que los poligenéticos, tienen el potencial de generar erupciones poderosas que podrían afectar a los asentamientos humanos. El Xitle es un claro ejemplo de esto, ya que su lava cubrió la zona de Cuicuilco hace casi 2 mil años, obligando a los habitantes a emigrar hacia otras áreas.
La localización exacta y el momento de una erupción volcánica en los volcanes monogenéticos no pueden ser pronosticados con precisión. Sin embargo, los científicos monitorean las emisiones de dióxido de carbono en el suelo para identificar las zonas más propensas. Estudios han identificado dos zonas de emisión anómala de CO₂ cerca del Colegio Militar y en Tenango, Estado de México, que están asociadas con características tectónicas activas y podrían ser posibles conductos para el ascenso del magma.
Es fundamental que se realicen más estudios detallados para obtener una mejor comprensión de las edades de los volcanes y mejorar las estadísticas de predicción. Mientras tanto, la región al sur de la Ciudad de México sigue siendo propensa a experimentar eventos eruptivos en el futuro cercano, y la probabilidad de que esto ocurra aumenta con el tiempo.
Ante esta advertencia de los expertos, es crucial que las autoridades y la población estén preparadas y tomen medidas de prevención adecuadas para salvaguardar la seguridad y el bienestar de los habitantes de la Ciudad de México y las áreas circundantes. La vigilancia constante y la investigación científica continuarán siendo fundamentales para comprender y anticipar los fenómenos volcánicos y minimizar los riesgos asociados a ellos.
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